Érase una vez, una niña que creció en un mundo cuya belleza la embriagaba, mientras la niña creció fue dejando atrás la inocencia y viendo lo que todos le habían ocultado, una realidad a la cual le avergonzaba pertenecer, sin embargo, la joven mujer no tuvo escapatoria, estaba atrapada en un cuerpo que la mantenía atada a la vida en ése mundo, con los años intentó buscar algo que la mantuviera con la sonrisa, vio guerras, vio muerte, vio agresión, vio dolor, pero también vio el amor, el cual ahora era su nueva esperanza, junto con el milagro de la vida, pero su compañero el Hombre, con el afán del progreso comenzó a destruir lo que ella admiraba, el aire limpio se volvió malicioso, las plantas murieron y las personas se tornaron maliciosas, entonces se vio de nuevo atrapada y triste, pero ésta vez la tristeza no duró mucho, ya que encontró un nuevo tesoro el cual siempre había estado con ella, éste le brindó las alas que siempre había deseado, su imaginación, en ella el mundo estaba tal y como ella lo amaba, hermoso, cariñoso, sano y sobre todo, libre.
